Cuento de otoño |
miércoles, 25 de abril de 2007 |
En una fría mañana de otoño, todo parece hasta irreal, la neblina de la ciudad no deja ver más allá de cincuenta metros, son las siete de la mañana y todos comienzan a despertar, bueno, los que pudieron hacerlo, porque hoy tengo una historia, que quise compartir con ustedes. Es la mujer que está sentada en su mecedora, en el balcón de la esquina, ella es, o mejor dicho era, una de las profesoras, de aquel colegio en que yo estudié mi educación básica, se lama o llamaba Valeria, la tía Valeria. Ella observa con una espectral figura la calle, los transeúntes, automóviles y todas las nuevas creaciones que no pudo disfrutar en su vida, agendas electrónicas, celulares, cámaras fotográficas digitales, computadores portátiles y un montón de cachivaches (como ella define), llenos de una tecnología fascinante a las masas. Son como aquellos espejos que traían los hombres de la conquista española y cambiaban por oro y metales valiosos a los nativos, ella intenta llorar, más no puede, no posee la materialidad que le permite a las personas comunes, sí, esas mismas que viven fascinadas de la vida, el curioso don de llorar. Las lámparas de papel que iluminan la pálida habitación, van desapareciendo poco a poco a medida que el padre sol ilumina la mañana, ciertamente, al mediodía, no se pueden apreciar ni la mecedora ni la anciana profesora. Paso en la tarde, ya son las ocho, y las luces artificiales están encendidas cual rojizas llamas de una luz artificiosa, urbana, silenciosa, ávida de metales y cemento, colores y sombras, caminantes, ciclistas, autos, buses, microbuses, hasta carretas tiradas por caballos. La sombra en la misma ventana, me despierta una extraña curiosidad, más allá de lo que mi “conciencia” me puede guiar, deben ser las inquietudes aquellas que me ha despertado un libro en que pude dar rienda suelta a mis ilusiones, una novela fantástica de fantásticos personajes. La curiosidad pasa, debe ser porque el reflejo de una luz produjo similares efectos sobre otras ventanas. Siento una presencia fría sobre mi espalda, mas no tengo miedo, me dijeron desde pequeño, “debes temer a los vivos, no a los muertos”. Giro mi cuerpo, mi cabeza, nada se distingue claramente, solo el ruido del viento que se desplaza, la neblina poco a poco nuevamente inunda todo el ambiente, me apuro en llegar hasta mi casa. Al abrir la puerta, puedo captar el aroma familiar de mi hogar, están cocinando panqueques, que es una de las cosas que más me gustan de la vida, saludo a todos y me olvido de lo que ocurre en el exterior, del trabajo, las calles, de aquel temor, de las clásicas dificultades. El calor de un hogar es comparable solamente a una estufa clásica o a una gata con sus gatos. Converso con los niños, con Priscila, Roberto y Ricardo. Mi mujer es lo más bello, los niños son lo más claro. Mi hija, para qué decir, cuanto la amo. Un nuevo día de otoño y en mi casa parece de verano. Duermo con la noche que me acompaña, y mi esposa, que se acuesta conmigo, es esta cama. …………………………………………………………………………………….
Me levanto nuevamente, sobresaltado porque en el teléfono suena el despertador de alarma…. continuará... |
posted by poetarafa @ 18:36 |
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13 Comments: |
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¿Continuara?
¡que continue pronto!!!!
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¿Para este cuento necesitabas personajes?
Bueno, creo que ya los encontraste. ¿Es un poco paranormal la historia? Uhm, habrá que seguir leyendo no más.
Saludos!!!
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Sinceramente me gusto, super liviano y captador de atención, espero con ansias el proximo capitulo.
Saludos!
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hola, esperamos el siguiente capítulo. Te debo una disculpa, he tenido tanta pega, el jefe no ha estado, mil cosas que hacer, poco tiempo, pero aquí estoy, un beso,
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continuara....eso no se hace, estaba pendiente de que algo se te hiba aparecer...ya veremos en el proximo capítulo...saludos
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Hola: las añoranzas del colegio, la profesora recordada por todos. Bonito que no se olvide.
Ya y como continuará, habrá que volver, verdad?
Muchos cariños,
María Paz
P.D.: no sé si sólo me pasa a mi, pero la música se escucha totalmente entrecortada.
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Linda prosa poética, en verdad conmovedora desde sus inicios hasta el inesperado continuará... Mi estimado, eso no se hace, tiene que tirar toda la carne a la parrilla, más aún cuando se trata de un hermso relato con atisbos paranormales como intuyo que será este. Cuánto quisiera yo llegar a mi vejez y que alguno de mis alumnos me recuerde con especial cariño o me dedique alguna de sus letras, en fin creo que debo esperar mucho antes que eso ocurra, si es que ocurre. Ah, gracias por atender la sugerencia para la puesta de los nombres, y si no es mucha la patudez quisiera ver paso a paso la construcción de los personajes.
Un abrazo literario a la distancia nos estaos leyendo amigo mío.
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Rafa!!! hace tanto tiempo que no paseaba por el mundo blog que ya pensaba qe habian perdido la gracia ...pero me equivoque, se que he estado un poco ingrta con los comentarios, y que en realidad el blog igual ta medio bota'o, ero weno... solo pasaba a saludar y decir.... contina pronto!!! que la historia esta uy buena..
Besos.. Lilith
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Rafa
Creo que tu cuento...
(continuará)
Saludos!!!
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Hola Rafa: sería mucha patudez pedirte si me pudieras decir que significa "corregir las fuentes y el formato de tu blog", es que no tengo idea de como se hace eso.
Muchos cariños,
María Paz
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simplemente y complejamente cautivador!!!...me gusto....que continue....la fotografia bellisima!!!!
SALUDOS*-*
tejiendo y tejiendo...
PD: gracias por tus palabras...
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Muy buen texto!! y espero la continuación entonces.. que andes muy bien.. un saludo, María.
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mmmm habra que ver como continua la historia. saludos, Marcelo.
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¿Continuara?
¡que continue pronto!!!!